Existe una enfermedad preocupante en Europa, que puede que muchos de nosotros la padezcamos y no lo sepamos. Te voy a decir cuál es, pero quédate con el nombre ¿vale? memoriza la palabra, pronúnciala bien. ¿Listos? Creutzfeldt–Jakob disease (CJD) o enfermedad de  Creutzfeldt–Jakob.

Así es.  Todos los que hemos vivido o visitado Europa durante 1980 y 2007 somos unos excelentes candidatos a padecer esta enfermedad. Y este es el motivo por el cual hoy no me han permitido donar sangre en Canadá. Pero no solo no pasa en Canadá. Si eres europeo o has estado en Europa por ese periodo de tiempo, no esperes que te dejen donar sangre ni en Estados Unidos, ni en Australia, ni en Nueza Zelanda. De hecho existen limitaciones para aquellos que han sido expuestos y hayan estado en Reino Unido o Francia entre 1980 y 1996 en los siguientes países: Suiza, Polonia, República Checa y Corea del Sur.

¿Y por qué tanta alarma? ¿Por qué se nos prohíbe donar sangre en esos países? Pues para hacerlo más fácil, empecemos por las vacas locas.

Todos recordamos cuando en el año 1996 se dispararon las alarmas sobre una enfermedad «nueva» llamada Encefalopatía Espongiforme Bovina, Enfermedad de las Vacas Locas o Mal de las Vacas Locas. Enfermedad que ya existía desde mucho antes y cuyo primer caso se demostró en 1986. Pero fue en 1996 cuando a raíz de varios casos de muerte, la Organización Mundial de la Salud empezó a reunir expertos para estudiar si esta enfermedad realmente afectaba a los humanos al consumir la carne. De ahí que se aconsejara no comer carne por si estaba infectada.

La enfermedad de Creutzfeldt–Jakob no es más que una variante del Mal de las Vacas Locas pero en los humanos. Se produce por una proteína llamada Prion que afecta al cerebro. Por tanto , es una enfermedad neurodegenerativa. Y los que la padecen sufren demencia, cambios de personalidad, falta de memoria, incapacidad de coordinación muscular y muchos otros síntomas que aparecen de forma progresiva. La enfermedad no tiene cura y su diagnóstico es muy difícil de averiguar. En el momento en que la proteína entra en el cuerpo tiene un periodo de incubación de ocho a diez años. Por lo que se teme que mucha gente no sabe que la tiene hasta que se manifiestan los síntomas después de todos esos años. Y una vez aparecen los síntomas la esperanza de vida es de un año. Según los expertos se produce un error con el 13% de los pacientes diagnosticados con Alzheimer. Ya que en realidad padecen la enfermedad de Creutzfeldt–Jakob.

Pero, entonces ¿cómo se puede saber quien la padece?. Muy fácil. No puedes saberlo. No existen análisis ni se conocen otros métodos para detectarla a no ser que sea con una biopsia del cerebro. Aún así, e incluso haciendo la biopsia, puede que el tejido que extraigan no esté afectado, y por tanto, tampoco es un indicativo de si se tiene la enfermedad o no. Si se conoce, hoy en día, es por las autopsias que se les ha realizado a los fallecidos, en los que se creía la posibilidad de que la padecieran.

A día de hoy los investigadores siguen estudiando qué impacto puede llegar a tener esta enfermedad poco conocida en Europa ya que debido a su largo tiempo de incubación, debemos esperar para ver como se va a manifestar en la sociedad en unos años. Por tanto, se cree que mucha gente puede haber sido infectado con esta proteína sin saberlo. Lo más común es que los síntomas aparezcan entre los 40 y 65 años.

Y ¿qué tiene que ver esto con las donaciones? En el 2007 un estudio científico corroboró que esta enfermedad se puede trasmitir a través de la sangre. Bien. Fue un estudio sencillo con un ratón. Sin darle más vueltas. Por ello, existe mucha controversia acerca de si realmente se puede trasmitir o no. Otros científicos han demostrado que no. Pero ante aquel pequeño estudio países como Canadá, Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda decidieron no aceptar donantes europeos o cualquier persona que hubiese estado en contacto con Europa durante esos años.

La realidad es que, tanto en Estados Unidos como en Canadá, se registran casos de la Enfermedad de Creutzfeldt–Jakob. Y a veces incluso con gente que no ha estado en Europa. También los estudios demuestran que esta enfermedad puede ser adquirida hereditariamente, por factores que aún se desconocen o por la exposición directa a esa proteína (Prion). Y atención, los casos registrados son de una persona POR CADA MILLÓN.

Cuando el médico me comentó que yo no podía donar me dejó muy sorprendida. Primero, porque había ido a donar justo tres meses antes. Y nadie me había dicho nada. Y segundo, porque me estaba hablando de una enfermedad que podíamos tener los europeos y que pocos saben de ella. Me respondió que, no deberían haberme dejado donar tres meses atrás, y que normalmente la gente se quedaba en shock cuando les contaba esto. Podría entender que por haber estado en Brasil me rechazaran por estar expuesta al Zicka o si hubiera ido algún país africano de raras enfermedades, bien. Pero me rechazaban por comer carne europea. Y eso era nuevo para mi. Me enfadé tanto al no comprenderlo que les dije que bien podían poner un cartel en la puerta diciendo «Europeos NO», o que esperaba que nunca pasara una gran catástrofe en Canadá para que necesitasen tener que exponerse sangre europea «infectada». Si, me lo tomé a nivel demasiado personal. Me pasé. Lo confieso.

Aún así me parece exagerar demasiado sobre una enfermedad de la que todavía no se sabe nada con certeza, de la que hay mucha controversia y pocas pruebas. Que lleguen a anular la ayuda de todo un continente por tan solo un estudio con un ratón que no prueba nada. Que se queden sin miles de donaciones de sangre cada día por esto. Y hasta llegar al punto en que, estos últimos meses, el gobierno de Canadá se haya planteado estudiar este caso nuevamente, para poder aceptar más donaciones.

Porque si sus alarmas son ciertas, entonces ¿qué hacemos los europeos yendo a donar sangre a nuestros hospitales? Nos estamos contagiando unos a otros. No tiene sentido. Entiendo que quieran tomar precauciones, pero uno se siente ofendido si, aún no habiendo certezas, le niegan donar por una «supuesta» enfermedad de todo un continente. Que yo no digo que no exista, que existe. Y muere gente por ello. Pero creo que no es tan alarmante como para tener que negar la sangre a millones de personas y dar menos opciones para salvar vidas.

Y ¿tú qué piensas? ¿Son exageradas las medidas que han tomado? ¿Han hecho bien previniendo a su población de más contagios vía sangre? ¿Crees que se nos debe excluir a los europeos de donar sangre si no pueden probar hoy en día nada con seguridad? ¿Es una buena medida? ¿Cuál crees que sería una buena solución?

 

 

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